domingo, 31 de mayo de 2009

Un patadura confeso



Los derechos del patadura

Como casi todos los chicos me crié en un ambiente donde la gente hablaba de fútbol. Los domingos sobre todo, y de manera especial los lunes, los comentarios de los resultados se prolongaban en la escuela, en el almacén o en la vereda de la puerta de casa con los vecinos. Para mí era como interpretar una película sin sonido. Desconocía la causa de tanto interés y motivación, pero respetaba el ejercicio de aquel culto como uno mas de los que me imponían las buenas normas. Aquello no era otra cosa, que una parte complementaria del sacrificio que imponía la depresión del día domingo.
De más esta decir, que empujado por las “presiones sociales” hasta llegué a hacer algún GOL por casualidad, en las improvisadas canchas de la plaza Mitre de Mar del Plata. Pero queda muy claro, que nunca dejé de ser un “patadura”.
Pasaron muchos años y el fútbol dejó de ser solo un modo de aplacar la “neurosis dominical colectiva” para transformarse en la necesidad diaria de millones, como modo de mitigar la ahora incipiente “neurosis cotidiana”.
Digamos que de algún modo, el fútbol amplió su capacidad de contención y fue ganando espacio. Mientras que yo, solo continuaba poniendo atención en él, cada vez cada vez que Argentina jugaba un mundial.
Hoy lo desborda todo! .Como Dios, esta todas partes, en todos los canales y en todas las radios. Todos los días y en todas las horas.
Entre el resto de la programación (donde también se habla de fútbol) y el fútbol mismo, solo queda tiempo para hablar del clima. Y de hecho, nunca se sabe si va a llover o no.
Los “especialistas futboleros” profundizan en la superficialidad de todas las ciencias.
Y todas ellas, tienen su espacio dentro del fútbol. La medicina, la física, la psicología, la matemática y aún la filosofía. El fútbol mismo pareciera ser una madre integradora capaz de abarcar el espectro mas amplio de todas las materias.
Es por ello que, en honor a todos los sufridos silenciosos “pataduras” que habitamos este planeta y no hacemos manifestaciones ni cortamos calles para reclamar por un espacio en el mundo. En honor de las minorías marginadas y discapacitadas para entender el significado básico del autentico sentido del “ser humano”. Es entonces que propongo instaurar el día mundial del “patadura”.
Finalmente, creo que Carlos Marx se equivocó cuando dijo que “La religión es el opio de los pueblos”. No pudo ni siquiera imaginar en aquel tiempo, la diversidad de posibilidades que ofrecerían los medios masivos de comunicación a la “transferencia de sentido” para la vida de las personas.

No hay comentarios: