domingo, 17 de julio de 2011

Sobre la Memoria

Una genial recopilación de mi amigo Alejandro M. Kronja ( que él nunca hubiese osado publicar con su nombre)

Extractado de los libros “El Espejo Turbulento” y “A través del maravilloso espejo del universo” de John Briggs y David Peat
-Otra óptica sobre el tema memoria y el modo en que se almacenan y recobran los recuerdos, es a partir de posturas científicas basadas en el concepto de cerebro no lineal. Las investigaciones actuales revelan que el órgano cerebral llamado hipocampo, del tamaño de una nuez, produce profundos cambios en la memoria y afecta la capacidad para retener recuerdos de largo plazo. Sin embargo, no hay que confundir el hipocampo con la sede de la memoria. Hace varios años, un neurofisiólogo llamado Karl Pribram intentó resolver el problema de almacenamiento de los recuerdos sugiriendo que el cerebro sería una especie de holograma (volvimos con el prefijo holo) ya que afirmó que la sede de la memoria no está localizada sino difundida en todo el cerebro. Un holograma se realiza a partir del desarrollo del láser y posee algunas características interesantes. Primero que nada, nos brinda una representación tridimensional de un objeto; pero una cualidad que fue la que llamó la atención de Pribram, es aun más interesante: si uno a una fotografía normal le corta un sector, un pedacito, esa porción nos brinda muy poca información o casi nada del resto de la foto. Pero si uno extrae un sector de un holograma, a partir de ese pedacito, puede reconstruir (con algo de pérdida) la totalidad de la imagen.
-Tratemos de ilustrar muy brevemente cómo se hace un holograma, de qué consta. Básicamente, al objeto que deseamos retratar, se le hacen llegar por dos caminos diferentes, dos haces de luz láser, uno original o de referencia y otro de interferencia. Estos dos haces se hacen converger en una placa sensible especial y por el fenómeno del que ya hemos hablado de interferencia (el mismo de Thomas Young que derivó en el experimento de la doble rendija), decíamos, estos dos haces se interfieren mutuamente y producen en la placa un dibujo (esto se llama codificación), y es un dibujo que no se parece en nada al objeto que se registra. Cuando sobre esa placa aplicamos un haz de láser similar al de referencia, se “decodifica” y se reproduce el objeto. Quienes hayan observado alguna vez un holograma, seguramente pasaron por la turbadora sensación de estar mirando un objeto tridimensional. Se puede caminar alrededor de la proyección, verla desde distintos ángulos y apreciar todos sus detalles. Sólo al extender la mano uno se da cuento que ahí no hay nada. Microscopios de alta potencia enfocando una imagen holográfica de una gota de agua estancada pueden revelar los mismos microorganismos que había en la gota original.
-Volviendo al cerebro y a la memoria, Pribram sugiere que el cerebro convierte toda la información sensorial en ondas. (Este fue el concepto a partir del cual elaboré la idea de neuronas dispuestas en forma de doble rendija y de cómo explicar la intuición y en general las ideas, la innovación, la capacidad de ver universos alternativos) Estas ondas crean patrones de interferencia que se pueden almacenar en sinapsis nerviosas por todo el cerebro, lo mismo que habíamos dicho de cómo se guarda información en un holograma. La capacidad del holograma de recobrar una imagen entera cuando se proyecta un láser a través de un fragmento de
capacidad del cerebro de recobrar información incluso cuando se han extirpado grandes fragmentos de la corteza donde estaba almacenada dicha información (le contesta a Bergson) Pribram cree que el cerebro recupera un recuerdo cuando lo atraviesa una onda similar a la que almacenó holográficamente, como cuando recordamos a alguien que vimos en una fiesta y de pronto comenzamos a recordar a otras personas que también habían concurrido a esa fiesta.
-Vamos a hacer un alto en el recorrido porque todo esto trae aparejada una derivación insospechada y les aseguro que vale la pena:
Un físico llamado David Bohm contestó de manera sorprendente a la pregunta ¿qué sucede en al placa holográfica que produce este efecto donde todas las “partes” contienen el todo? A juicio de Bohm, la placa es una visión momentánea y congelada de lo que ocurre en una escala infinitamente más vasta en cada región del espacio en todo el universo (¿What?)
La luz y otras ondas de energía electromagnética (rayos X, Gamma, Alfa) viajan infinitamente, interfiriendo constantemente entre sí al reflejarse desde la materia. Estos patrones de interferencia desarrollan así y en forma constante “codificaciones” de estos reflejos de materia. De este modo, los fluidos y cambiantes patrones de interferencia que viajan por el espacio contienen incalculable cantidad de información acerca de los objetos que han encontrado. Específicamente, contienen información sobre los diversos órdenes contenidos en los objetos, órdenes que implican rasgos tales como formas geométricas del objeto, la relación entre su interior y su exterior, sus intersecciones y sus separaciones. (¿Platón?)
Y ahora, una vuelta de tuerca: Recordemos que la materia también es ondulatoria. Por lo tanto, la materia misma de los objetos está compuesta de patrones de interferencia que interfieren con los patrones de energía. Lo que emerge entonces es una figura de un patrón codificador de materia y energía que se difunde sin cesar por todo el universo, donde cada región del espacio, por pequeña que sea, (hasta llegar al simple fotón, que también es una onda o “paquete de ondas”) contiene, al igual que cada sector de la placa holográfica, el patrón del todo, incluido todo el pasado y con implicaciones para el futuro. Cada región portará esa codificación del todo de un modo un poco diferente, así como las diferente “partes” de una placa holográfica dan la figura entera pero con limitaciones ligeramente diferentes en cuanto al número de perspectivas desde las que se puede ver.
Es una visión estremecedora, un universo holográfico e infinito donde cada región es una perspectiva diferente, pero cada cual lo contiene todo.
Bohm dice: “Pensemos, por ejemplo, cómo al mirar el cielo nocturno somos capaces de discernir estructuras que abarcan inmensas extensiones de espacio y tiempo, que en cierto sentido están contenidas en los movimientos de luz en el diminuto espacio abarcado por el ojo”.
Con la analogía holográfica llegamos al principio número uno de un universo ininterrumpido, ordenado holísticamente. Todo refleja todo lo demás; el universo es un espejo. La taza de café que uno tiene en la mano,
identificamos como partes, implican el todo en sus patrones de interferencia.
Bohm también ha dicho que la materia es una especie de “luz congelada” o condensada: más precisamente, luz (o energía) moviéndose a velocidades promedio más lentas que la velocidad de la luz.
Así como Pribram sugería un proceso holográfico en el cerebro, el estudio de Bohm sobre la teoría cuántica sugería que el mundo externo, objeto de observación y meditación para el cerebro, también es holográfico.
-Si se considera que la visión es la presentación de una imagen a la retina del ojo, el proceso holográfico parece dar una buena explicación. Pero la visión es mucho más compleja, ya que por ejemplo, involucra un proceso activo e intencional: el ojo busca y explora. El proceso visual puede ser holográfico o algo parecido, pero lo que dirige ese proceso es la mente, por lo que volvemos al punto de partida.
-Para Bohm, la mente o conciencia está plegada en toda la materia y cosas como la voluntad y la atención son en última instancia movimientos de esa totalidad. Los movimientos de esa totalidad se reflejan en cada cerebro individual. Así el cerebro es idéntico a la mente: ambos son holográficos. Pero la mente es también infinitamente más que su cerebro y por la misma razón.
-A la luz del modelo propuesto por Pribram y Bohm, si el mundo está compuesto por frecuencias y el cerebro es un analizador de frecuencias (constituido a su vez por frecuencias de materia) ¿cómo llega a existir el mundo sólido y tridimensional que conocemos? La respuesta es que tenemos que aprender. Aprendemos a responder principalmente a ciertas frecuencias y no a las transformaciones constantes de frecuencias. Unos pocos hologramas se estabilizan y aparentemente se separan unos de otros convirtiéndose en “cosas”. Los hologramas, formados como memoria, refuerzan la impresión de que hay cosas separadas y así el mundo espaciotemporal explícito que conocemos evoluciona a partir del universo implícito de ondas y frecuencias.
-En su forma explícita, la vida ha sobrevivido huyendo de los depredadores y buscando alimentos. Ha aprendido a encarar el orden explícito de las cosas, a abstraer ciertas pistas. El cerebro como frecuencia compleja ha emergido para tomar el “promedio” de frecuencias, analizar el mundo, buscar pistas y separar los objetos y acontecimientos del ámbito general. .En ese proceso, se ha separado en cuanto observador.
-Y así abrimos la caja para mirar al gato de Schrödinger: Una fluida red de frecuencias mirando a otras: frecuencias cuánticas, frecuencias gatunas, frecuencias científicas!